El Archivo Diocesano de Valladolid reúne y custodia la documentación producida por la Catedral de dicha ciudad así como de su institución predecesora, la primitiva Colegiata, nacida en la época de la repoblación bajo medieval cuando Alfonso VI de Castilla concede el señorío de Castilla al conde Ansúrez, por lo que los fondos se remontan hasta el año 1088, fecha del documento más antiguo; se trata de una agrupación documental de excepcional importancia para el conocimiento no sólo de la Iglesia española sino del Medievo castellano, el arte herreriano, etc.

El fondo está formado por más de 1.000 unidades de instalación, entre cajas y libros, procedentes de los distintos organismos catedralicios: Secretaría Capitular, Contaduría, Mesa Capitular, etc.; resaltar, por su indudable valor, la Colección de Pergaminos, constituida por más de 500 piezas, que arranca en el siglo XI.

El fondo de la Curia de Valladolid está compuesto de documentos generados por la autoridad episcopal y por la curia diocesana, y hace referencia a las actividades gubernativas, pastorales y administrativas de la diócesis: bulas de erección de obispado y arzobispado; diezmos, subsidio y excusado, y demás fiscalidad eclesiástica en el obispado; correspondencia de los distintos obispos; relaciones de las autoridades diocesanas con la Santa Seda y la Monarquía Hispánica; documentos de cofradías, conventos, capellanías; etc.

La cronología documental: toda la Edad Moderna y Contemporánea. Se trata de centenares de unidades de instalación de gran importancia para el estudio de la organización de la Iglesia en Valladolid.

El Archivo Diocesano de Valladolid custodia un interesantísimo archivo musical compuesto por alrededor de 6000 obras, con una excepcional colección de impresos y tratados de música, que, desde el punto de vista cronológico, se remontan hasta finales del siglo XV y principios del XVI con los nombres del franco-flamenco Joaquín de Prés y el español Juan de Anchieta.

Las dos escuelas, la flamenca y la española, están representadas por sus mejores polifonistas.

Los fondos parroquiales del Archivo están compuesto por documentos que hunden sus raíces en el siglo XV y que proceden no sólo de parroquias de la capital pucelana (San Esteban el Real, San Andrés Apóstol, etc.), sino también de localidades de la Diócesis de Valladolid, tan importantes como Medina del Campo, Medina de Rioseco, Peñafiel, etc.

Junto con los libros sacramentales, existe en cada parroquia otro conjunto de documentación relativa a fábrica parroquial, cofradías, hacienda, etc.; se trata de un fondo de gran interés para el conocimiento del amplio territorio diocesano, desde finales de la Edad Media y todo el Antiguo Régimen, desembocando en los comienzos de la Contemporaneidad, donde destacan realidades urbanas de enorme importancia histórica.

Se trata de un fondo que abarca prácticamente la mitad de los depósitos del Archivo Diocesano.